Me
quedo con ese abrazo y ese perdón que se demoraron más de la cuenta
y que tú me trajiste, 2.014.
Me
quedo con la mala salud de hierro de mi madre y ese humor y nervio
que enmascaran con genio su debilidad. Me quedo con su resistencia,
con su entrega, con sus esfuerzos, sin pamplinas y sin ñoñerías,
con su alimento para el alma y para el cuerpo.
Me
quedo con tu ejemplo, papá, con tu lucha por la vida, con tus
renacimientos, con tu energía, con tu esencia, con esas pruebas de
fuego tan dignamente superadas, con tu naturalidad, con tu crear
hogar, con tu libertad.
Amor,
me quedo con la verdad de lo nuestro, con eso que está por encima de
la rutina, los desencuentros y los quehaceres, con nuestro pacto, con
nuestro sabernos de memoria y desconocernos a un tiempo, con nuestras
diferencias infinitas que se borran en un beso, en un abrazo, en el
sexo.
Hija,
me quedo con tu complicidad solapada, con tu metamorfosis, con tu
responsabilidad y tus consejos, con tu risa histérica, con tu mirada
profunda que oculta heridas, sueños y aciertos. Me quedo contigo,
sin duda. Tu reino es tu reino.
Hijo,
me quedo con tu sensibilidad, con tu talento, con tu amor infinito,
con tus charlas, tus inquietudes y tus proyectos, con tu mirada
mágica y nueva.
Hermano,
me quedo con tus mil batallas, con tus ganas, con tus pesadillas y
tus sueños.
Hermana,
me quedo con tu perseverancia paciente, con tu Amor en mayúscula,
con tu renuncia y tu entrega.
Amigas,
me quedo con nuestro café, nuestras confidencias, nuestras risas y
nuestros llantos, con nuestros tenemos que vernos.
Me
quedo con los que han llegado y con los que nunca se fueron, con los
virtuales y con los de carne y hueso, con los que borran las
distancias con sus gestos y palabras, con los que hacen lo que pueden
y pueden con lo que hacen.
Me
quedo con la ilusión y las nuevas experiencias, me quedo con poner
mis latidos y mis tonterías en negro sobre blanco.
Y
a ti, querido 2.015, te pido:
Que
no me falten nunca abrazos, abrazos sentidos, presurosos o eternos,
afligidos, arrepentidos o dichosos.
Que
no me falten sus manos pequeñas, su caligrafía ni el relato de sus
sueños y sus desvelos.
Que
no nos falte una mañana de brisa fresca, que no nos falte la calidez
de ese sol en la cara, ni el agua del mar en el pelo. Que no nos
falte un cielo al que mirar, ni una razón para rezar ni las ganas de
hacerlo. Que mantengamos siempre la conciencia alerta y la necesidad
de dar las gracias, siempre.
Que
no nos falte la tierra y que mi tierra sean las personas, que
nuestros pies pisen firmes el suelo y nuestras manos toquen el cielo
sin trampas.
Que
sea yo consuelo, abrigo y refugio, alegría y chiste, compañera,
amiga, hija, madre y hermana, que sea siempre payaso. Que no nos
falte la emoción, ni el vello de punta ni las lágrimas espontáneas
y curiosas asomadas a los ojos ni la carcajada gozosa, aunque sea a
destiempo.
Bienvenido,
Año Nuevo.
Texto e imagen: Santi Jiménez
Texto e imagen: Santi Jiménez
Interesante blog.
ResponderEliminarSaludos desde www.malagasensual.com
Muchas gracias, por tu visita y tus palabras.
ResponderEliminar